Para
iniciar, es bueno destacar que la desobediencia es uno de los peores defectos
que puede tener una persona. Se puede decir que este antivalor es causado
por distintas razones y aparece de forma inesperada en nuestra vida. Es bueno
mencionar que cuando somos desobedientes perdemos bastantes privilegios en
personas que nos aprecian y que solo desean nuestro bienestar. Cuando no somos
obedientes, presentamos actitudes de irresponsabilidad, de inmadurez, de
rebeldía y lo más importante, falta de ética, pues nos convertimos en personas
en las que no se debe confiar. Es necesario conocer todo acerca de este
elemento que afecta nuestra sociedad y el cómo eliminarlo, por tal razón,
conozcamos a la desobediencia y los factores que la producen en nuestras vidas.
Desde
un ámbito distinto, la desobediencia suele aparecer por un sin número de causas
que a través del tiempo traerán sus consecuencias. También, “la desobediencia
puede ser originada por el abuso y la injusticia, socialmente la desobediencia
está basada en la tiranía, la dictadura, la opresión y la esclavitud, por parte
de los regidores gubernamentales”. En otras palabras, este elemento puede verse
de forma positiva, tomando en cuenta en qué circunstancia nos encontremos. Un
ejemplo de esto, es si nuestra vida está en juego y nos vemos forzados a
desobedecer una orden o si en el país en que nos encontramos se está pasando
por momento críticos como guerras, rebeliones, entre otros, para permitirse no
ser obediente a esto. Debemos trabajar para rescatar a la obediencia como
valor, aunque a esto debemos sumarle los parámetros que nos establecen nuestros
familiares, personas allegadas e instituciones como la sociedad, las religiones
y El Estado.
También se puede decir que “la desobediencia es
la falta de acción ante una norma, disposición, orden u obligación que nos
corresponde por algún motivo, ya sea trabajo, familiar, misión, deber o aspecto
que debe ejecutar para cumplir determinado objetivo”. Un factor de esto es el
total consentimiento de los padres en la crianza de los hijos. Cuando se
acostumbra a los niños a dárseles todo lo que desean y a permitírseles que nos
falten al respeto, se les está mal educando, por esto sucede, que la momento de
que al querer cambiar esa facultad o le neguemos algo sean desobedientes y no
acaten alguna orden que se les esté planteando.
A
veces, cuando el niño no realiza una conducta que se ha establecido que
por norma tiene que realizar y lleva a cabo conductas que explícitamente se han
prohibido, puede considerarse como desobediencia. Es importante, no
complacer a los hijos en todos sus deseos y tratar de fomentar en ellos desde
pequeños la necesidad de ser obedientes, para que cuando estos sean mayores no
sean un dolor de cabeza para sus familiares, profesores, la sociedad y quienes
nos rodean.
Otro
factor, es el dejarse influenciar por sus amigos, esto se debe tomar en cuenta
al momento en que nos estamos desarrollando como personas capaces de tener
nuestras propias amistades. En el ámbito personal, no es recomendable ser muy
flexible a todas la recomendaciones de tus amigos, se debe tomar en cuenta, el
hasta dónde debo llegar con las locuras de mis compañeros y también si ello me
traerá consecuencias. Cabe destacar, que se debe tomar permiso de los padres
para realizar alguna acción si se es menor de edad, y si se es mayor, es
necesario reflexionar si nos hace daño o si les afecta a los que nos rodean. En
el ámbito laboral, se debe analizar las reglas y normas planteadas por nuestro
jefe y no tratar de evadirlas o violentadas, pues nos podrían despedir y/o
demandar por incumplimiento de contrato. Y en el ámbito social, no se
recomienda hacer locuras por las calles o marcarse la piel con tatuajes y o
perforarse las orejas, pues aunque seamos mayores, al violentar esto nos
convertiríamos en desobedientes con reglas impuestas por nuestros padres en la
adolescencia.
Las
personas han actuado en un círculo cerrado que en un momento ha producido hastío en exceso y como consecuencia el
desprecio al valor fundamental para la vida de las personas como lo es la obediencia. Por eso, a nivel personal,
podemos darnos cuenta de que ya nadie quiere cumplir con sus deberes u
obligaciones, es decir, con su rol de
vida, se ha generado una irresponsabilidad, un desgano por las cosas de la
vida. En conclusión, la desobediencia es un antivalor que se debe erradicar de
nuestras vidas, pues no obedecer nos puede causar la muerte cuando alguien nos
advierte de peligro y no hacemos caso. Se dice que “es muy difícil someter a la
obediencia a aquel que no busca mandar”[1] y que prestar nula
atención a los llamados de quienes nos aman pueden herirlos de forma
irreparable, por esto quizá, hasta se nos apliquen medidas como retiro de
atención, castigo, azote, insultos o el retiro de una recompensa. Sin embargo,
la desobediencia y todos los factores que la producen en nuestras vidas no han
sido suficiente para detener a muchas personas que hasta el día de hoy se
lamentan por haber sido desobedientes.
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