domingo, 2 de marzo de 2014

La desobediencia y los factores que la producen en nuestras vidas.

Para iniciar, es bueno destacar que la desobediencia es uno de los peores defectos que puede tener una persona. Se puede decir que este antivalor es causado por distintas razones y aparece de forma inesperada en nuestra vida. Es bueno mencionar que cuando somos desobedientes perdemos bastantes privilegios en personas que nos aprecian y que solo desean nuestro bienestar. Cuando no somos obedientes, presentamos actitudes de irresponsabilidad, de inmadurez, de rebeldía y lo más importante, falta de ética, pues nos convertimos en personas en las que no se debe confiar. Es necesario conocer todo acerca de este elemento que afecta nuestra sociedad y el cómo eliminarlo, por tal razón, conozcamos a la desobediencia y los factores que la producen en nuestras vidas.
Desde un ámbito distinto, la desobediencia suele aparecer por un sin número de causas que a través del tiempo traerán sus consecuencias. También, “la desobediencia puede ser originada por el abuso y la injusticia, socialmente la desobediencia está basada en la tiranía, la dictadura, la opresión y la esclavitud, por parte de los regidores gubernamentales”. En otras palabras, este elemento puede verse de forma positiva, tomando en cuenta en qué circunstancia nos encontremos. Un ejemplo de esto, es si nuestra vida está en juego y nos vemos forzados a desobedecer una orden o si en el país en que nos encontramos se está pasando por momento críticos como guerras, rebeliones, entre otros, para permitirse no ser obediente a esto. Debemos trabajar para rescatar a la obediencia como valor, aunque a esto debemos sumarle los parámetros que nos establecen nuestros familiares, personas allegadas e instituciones como la sociedad, las religiones y El Estado.
También se puede decir que “la desobediencia es la falta de acción ante una norma, disposición, orden u obligación que nos corresponde por algún motivo, ya sea trabajo, familiar, misión, deber o aspecto que debe ejecutar para cumplir determinado objetivo”. Un factor de esto es el total consentimiento de los padres en la crianza de los hijos. Cuando se acostumbra a los niños a dárseles todo lo que desean y a permitírseles que nos falten al respeto, se les está mal educando, por esto sucede, que la momento de que al querer cambiar esa facultad o le neguemos algo sean desobedientes y no acaten alguna orden que se les esté planteando.  A veces,  cuando el niño no realiza una conducta que se ha establecido que por norma tiene que realizar y lleva a cabo conductas que explícitamente se han prohibido, puede considerarse como desobediencia. Es importante, no complacer a los hijos en todos sus deseos y tratar de fomentar en ellos desde pequeños la necesidad de ser obedientes, para que cuando estos sean mayores no sean un dolor de cabeza para sus familiares, profesores, la sociedad y quienes nos rodean.
Otro factor, es el dejarse influenciar por sus amigos, esto se debe tomar en cuenta al momento en que nos estamos desarrollando como personas capaces de tener nuestras propias amistades. En el ámbito personal, no es recomendable ser muy flexible a todas la recomendaciones de tus amigos, se debe tomar en cuenta, el hasta dónde debo llegar con las locuras de mis compañeros y también si ello me traerá consecuencias. Cabe destacar, que se debe tomar permiso de los padres para realizar alguna acción si se es menor de edad, y si se es mayor, es necesario reflexionar si nos hace daño o si les afecta a los que nos rodean. En el ámbito laboral, se debe analizar las reglas y normas planteadas por nuestro jefe y no tratar de evadirlas o violentadas, pues nos podrían despedir y/o demandar por incumplimiento de contrato. Y en el ámbito social, no se recomienda hacer locuras por las calles o marcarse la piel con tatuajes y o perforarse las orejas, pues aunque seamos mayores, al violentar esto nos convertiríamos en desobedientes con reglas impuestas por nuestros padres en la adolescencia.

Las personas han actuado en un círculo cerrado que en un momento ha producido  hastío en exceso y como consecuencia el desprecio al valor fundamental para la vida de las personas como lo es  la obediencia. Por eso, a nivel personal, podemos darnos cuenta de que ya nadie quiere cumplir con sus deberes u obligaciones, es decir,  con su rol de vida, se ha generado una irresponsabilidad, un desgano por las cosas de la vida. En conclusión, la desobediencia es un antivalor que se debe erradicar de nuestras vidas, pues no obedecer nos puede causar la muerte cuando alguien nos advierte de peligro y no hacemos caso. Se dice que “es muy difícil someter a la obediencia a aquel que no busca mandar”[1] y que prestar nula atención a los llamados de quienes nos aman pueden herirlos de forma irreparable, por esto quizá, hasta se nos apliquen medidas como retiro de atención, castigo, azote, insultos o el retiro de una recompensa. Sin embargo, la desobediencia y todos los factores que la producen en nuestras vidas no han sido suficiente para detener a muchas personas que hasta el día de hoy se lamentan por haber sido desobedientes.



[1] Rousseau, Jean Jacques. Filósofo francés. (1712-1778)